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Inmigración y turismo

Desde la pandemia de Covid-19, muchas industrias mundiales han cambiado drásticamente. La industria del turismo es una de ellas, y sus implicaciones apenas comienzan a manifestarse para Costa Rica. En 2019, 3,4 millones de turistas visitaron el país. La proyección es que en 2022, Costa Rica reciba 2,4 millones de turistas, lo cual es una reducción significativa en comparación con el año anterior a la pandemia. Sin embargo, nuestro país ya ha tomado medidas para minimizar el efecto negativo y reactivar el sector enfocándose en un mercado turístico diferente, el de larga estadía.

Lo que estas cifras no reflejan es que muchos de estos turistas post-pandémicos visitan el país y permanecen en él durante todo el periodo permitido por su visado de turista según su pasaporte. Muchos otros están haciendo el llamado "Border Run" o "Visa Run", que consiste en viajar a la frontera para volver a entrar en el país y permanecer otro largo periodo de tiempo. Varios más están asumiendo un comportamiento nómada, lo que implica que vienen a Costa Rica durante los meses de invierno en sus países de origen y regresan a sus ciudades para el verano. Por supuesto, la creación de un mecanismo de visado para nómadas digitales significa que habrá un número importante de personas dispuestas a trasladarse a Costa Rica por un período prolongado que oscila entre tres meses y dos años para trabajar a distancia desde el país por medios digitales.

El impacto que estos cambios tendrán en las infraestructuras turísticas, en la prestación de servicios públicos y privados, y en las oportunidades que presentará para el empresariado local, sobre todo en las zonas rurales de gran atractivo turístico por su abundante capital natural, es considerable y requiere datos, decisiones e inversiones para preparar al país para esta nueva versión de la industria postturística: además de las personas que visitan el país durante unos días y recorren cuatro o cinco zonas de interés turístico, están las que vienen a ser turistas a tiempo parcial mientras teletrabajan.

Por estas razones, la Comisión Interinstitucional de Enlace de Asuntos Migratorios del Colegio de Abogados de Costa Rica, organizó el pasado 18 de octubreth un foro para comunicar los logros del año pasado, así como los retos que la nueva versión de la industria turística implica para Costa Rica. Hay elementos críticos en la legislación existente y también en la legislación pendiente en proceso de aprobación, cruciales para que esta industria crezca y prospere. Problemas como las cuotas mensuales que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) está cobrando a los residentes, hacen excesivamente onerosa su estadía y ya se han convertido en un factor disuasivo para varios solicitantes que desisten de emigrar por los altos costos de un seguro médico que tal vez nunca utilicen y de cotizar para una pensión que nunca disfrutarán.

Por otro lado, el "borrador" del Reglamento a la Ley de Atracción de Inversionistas, Personas de Renta Fija y Pensionados, no reconocerá las inversiones realizadas a través de personas jurídicas, lo cual es otro gran desincentivo para la reactivación económica de esta nueva versión del turismo en Costa Rica.

De esta manera, la comisión busca que, como gremio, levantemos la voz y convoquemos a actores estratégicos para fortalecer la industria turística. La expectativa es que, en los próximos meses, las altas autoridades del Poder Ejecutivo en Relaciones Exteriores, Seguridad Social, Migración y Turismo, se convoquen para seguir alimentando y cuidando la gallina de los huevos de oro que se ha venido recuperando muy rápidamente tras la crisis sanitaria mundial. Adicionalmente, queremos instar al actual gobierno a definir una política migratoria clara para tener claro el tipo de migrante que queremos atraer a Costa Rica y alinear todos los engranajes para conquistar ese mercado de manera efectiva.

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